Vestimenta femenina: el modelo se fundamenta en aquel conocido como de “labradora valenciana”, heredero de una evolución basada en la tradición más popular del siglo XIX y principios del XX. Presenta falda y jubón confeccionados con la misma tela, de colores claros y estampada de motivos florales con ramillete pequeño, además de enaguas y refajo que le dan más vuelo a la falda.
También lleva camisa blanca de algodón, delantal y pañuelo de cuello. Las medias deben ser blancas y el calzado acepta tanto las alpargatas, confeccionadas con la misma tela de la falda, como los zapatos.
El cabello, por tradición peina a tres rayas, con los correspondientes topos, con la pinta, "pintetes" a los lados, agujas y "rascamonyos". Como complementos, pendientes y cruz o collares de perlas o nácar al cuello
En el caso de la vestimenta masculina, la indumentaria responde al tipo de torrentí, que mantiene tanto para la chupa como para el calzón corto, la tela de raso de colores claros y vivos. Camisa de algodón blanca, faja de color y medias blancas de hilo sujetas a la pierna por las ligas completan el conjunto. El calzado siempre ha sido la alpargata, aunque en las últimas décadas también se ha introducido el zapato. Para la cabeza, el gorro de arborços (malla), o en todo caso, sobre la faja mientras se baila.
Aunque siguiendo las pautas de la indumentaria valenciana, el traje del Bolero de Algemesí tiene un carácter propio, ritualizado y, por lo tanto, distintivo. Pero también respetuoso con la tradición centenaria y heredero de nuestro folclore, sin la reglamentación estricta de las costumbres muertas.
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